Writers presenta: #stopPinkwashing x Yubia
Yubia, Bilbao, 2002
Llega mayo y nuestra reivindicación no para. Este mes destacamos el trabajo de una escritora de Bilbao, con sede en Barcelona. Yubia lleva 23 años pintando y su estilo le ha llevado a recorrer gran parte del mundo. Sus piezas tienen ese toque armonioso, y “cute” fácilmente reconocible. Muchxs writers ya sabéis quien es, pero para quién aún no controle lo que hace, os traemos unas píldoras sobre ella.
-Inicios:
Empecé a pintar en Bilbao a finales de 2002, aunque llevaba ya unos años interesada en el graffiti. Cuando era pequeña y visitaba a mis abuelos en Lamiako (un barrio del extrarradio de Bilbao- en el municipio de Leioa- con una zona industrial muy grande) me fijaba mucho en las piezas de la zona. De esta época en la que empecé a interesarme – finales de los 90-, recuerdo grandes piezas de Desa y un mural muy colorido de JokerH49.
También recuerdo ver algunas piezas en las escuelas de Lamiako, pero no sé de quién eran. Yo tendría unos 14-15 años. En ese momento empecé a preguntarme qué eran esas letras-dibujos…
Paralelamente, el hermano mayor de mi mejor amiga del colegio pintaba graffiti. Eso hizo que nos interesáramos más, aunque nunca pintamos juntas. También empecé a escuchar rap e interesarme mas por “el movimiento”.
Poco después empecé a hacer bocetos con mi nombre de pila (conservo algunos del 98-99), coleccionaba algunas revistas y fanzines, pero no me atrevía a salir a pintar. En mi barrio, Algorta, conocí a un grupo de amigos vinculados a la escena del rap, el reggae y el rollers, y algunos de ellos también pintaban.
Poco antes de empezar la universidad, una amiga y yo nos animamos por fin a pintar. La verdad es que yo era bastante tímida, y en Bilbao ni había tiendas físicas donde comprar pintura. No me atrevía a ir sola… cosas de la edad, supongo.
Ya en la universidad (2002) conocí a Frik y a Savage Girl, con quienes empecé a hacer murales y viajar a Vitoria, donde la escena de graffiti era grande (recuerdo los murales de los XL) y podíamos hacer grandes producciones.
Nosotros estábamos también interesados en el diseño y hacíamos pegatinas, posters, etc…, Aún no existía el “street art” como se concibe ahora y la verdad es que nos lo pasábamos bien haciendo cosas juntos, tanto en la universidad como en un local que compartíamos con mas gente que estudiaba Bellas Artes. En 2004, con ellos y Alive viajé por primera vez a Barcelona. Me enamoré de la ciudad que más tarde se convertiría en mi base.
-Referentes:
En mis inicios no tenía muchos referentes femeninos cercanos. Sabía que había chicas pintando como Den, Musa, RosyOne, Noer, Inma, etc… pero no conocía mucho sobre ellas.
Fue con la llegada de internet a casa que pude contactar con otras chicas y chicos de distintas partes del mundo. Aun así, mis referentes reales han sido siempre las personas con las que he ido a pintar.
Pintar para mí fue una especie de salvación. Era una forma de estar sin estar presente, algo que solo dependía de mí y que me daba libertad. Me permitía ser yo en una etapa en la que no me sentía bien conmigo misma. Y esa libertad es lo que más me ha enganchado al graffiti.
Gracias a ello he podido viajar, conectar con gente de todas partes y llevarme buenos amigxs. Eso es lo mejor que me ha dado el graffiti.